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Las sonatas de Domenico Scarlatti

Actualizado: 26 ago



Puedo escuchar el silencio a través de estas notas cristalinas. Sus melodías dulces y rítmicas siembran flores en mi mente. Cuando escucho las sonatas escritas en el siglo 18 en España

por Domenico Scarlatti, esta música sigue destilando paz y alegría 300 años más tarde.


¿Cuál es el secreto? 


Ahora que las neurociencias exploran el cerebro, podemos declarar doctamente que la música puede activar nuestra sistema cerebral de recompensa (secreción de dopamina), estimular nuestra cognición y afectar la forma en la que vemos el mundo.


Pero, a mi parecer, la descripción de unas reacciones electroquímicas está lejos de agotar el tema. Entonces, sigo con asombro frente a la música. Me gusta que ella sea la práctica humana que no hemos logrado relacionar con necesidades evolutivas ni funcionales de sobrevivencia o reproducción. Darwin creía que había aparecido como forma de cortejo y Pinker pensaba que nos permitía ubicar ambientes seguros. Otro intento más interesante, a mi parecer, la relaciona con la coherencia social, o sea, nuestra coordinación entre seres humanos, nuestro impulso hacia las demás personas, es lo que llamamos amor, compasión, empatía.


Cuando escucho las sonatas de Domenico Scarlatti, siento profundamente la alegría de

estar viva, la bendición de habitar este planeta y compartirlo con todos los seres vivos. Les propongo escuchar algunas de ellas, y disfrutar esta versión para piano que es la que más me conmueve. Claro, soy consciente  que la música como los gustos son diversos. Pero tal vez, este texto sea una oportunidad para descubrir nuevos placeres armónicos y melódicos.




Si deseas escuchar, activa el siguiente enlace:



Domenico Scarlatti nació en Nápoles, Italia en 1685. Es el autor de 550 sonatas, junto con muchas otras obras.Se trasladó a España donde fue profesor de música de María Bárbara de Portugal. Sus sonatas, a menudo inspiradas de cantos y danzas populares españolas, eran ejercicios que preparaba para su estudiante, quien llegó a ser excelente clavicembalista. 


Pasaba su tiempo componiendo y enseñando. Su gran debilidad fue el juego tanto así que, en varias ocasiones, Maria Barbara, que entonces era reina, le pagó sus excesivas deudas, a tal punto que, a su muerte, dejó su familia sin recursos, y fue ella quien la sostuvo económicamente.  A pesar de su desafortunada adicción, fue considerado como el mejor clavicembalista de su época, y hoy en día su música sigue resonando con nuestra sensibilidad.

Siempre me ha fascinado cómo la luz y la oscuridad se pueden compartir un alma humana.


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