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Foto del escritorFabiola Bernal

Tejiendo recuperé saberes de mi madre



Después de aprender a hacer las manilas, una amiga de un colectivo al que pertenezco, que se llama Conviviendo en primavera, ofreció enseñarme a tejer con 2 agujas.

Un martes en la tarde fui a su casa, ella muy gentil me tenia un par de agujas y 1 madeja de lana para regalarme. Ella tomó las agujas hizo la primera hilera, que es la más difícil, me dijo primero aprendamos desde la segunda, se puso a tejer, 2 puntos para adelante y 2 puntos para atrás, después de 3 carriles me dijo, te empiezo el cuarto y tu sigues.





Yo tomé el tejido y extrañamente empecé a tejer, comuna puntada diferente a la que ella hacía, pero que quedaba igual, era como si mis manos alguna vez hubieran tejido, no usaba la técnica de la profesora, sino otra técnica que no sabía de donde la conocía, años después la hermana menor de mi madre me contó que así era como ellas cocían. ¡¡¡¡En ese momento pensé la información genética existe!!!! He seguido tejiendo durante estos últimos 10 años sin ninguna dificultad.




Otra cosa que me ha llamado la atención es que tejer es una buena actividad para antes de dormir, hacerlo aplaca mi cerebro) el cual como dice mi medico alternativo; es un como un caballo desbocado) Y cuando tengo ganas de hacerlo, m ayuda a prepararme para dormir.

Una persona, cuyo nombre no recuerdo, me contó que conocía una señora anciana que tejía una bufanda y cuando la terminaba la desbarataba y volvía a empezar a tejer, le preguntó a la persona de la casa que la cuidaba porque lo hacia y esta le respondió: Porque tejer la tranquiliza y como no tiene mas lana, ni la bufanda tiene destino, ella desbarate y vuelve y teje.

Fabiola Acevedo

San José, 10 de junio del 2024


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